¿Le apetece comida bávara? ¡Múnich es el lugar adecuado! La capital bávara puede competir incluso con la taberna más conocida del mundo.
- Platos típicos bávaros: cerdo asado, albóndigas & co.
- «Hock di her» - ¡eso es hospitalidad y acogimiento!
- Las cervecerías de Múnich y sus bares
- La Hofbräuhaus, la cervecería más famosa del mundo
- Las Biergarten de Múnich: Consejos y tradiciones
- Comer Weisswurst: Tiempo y técnica de consumo
- Schneider Bräuhaus: Corona de carne y cerveza de trigo
- Comer vegetariano en un pub bávaro
Quien quiera comer comida bávara en Múnich, es mejor que vaya a una taberna. Aquí el menú cuenta con muchas de las exquisiteces típicas o “schmankerl”, como se dice en Baviera. Una visita a la taberna no obliga al cliente a comer para evitar que el camarero le mire mal. Los muniqueses también van a la taberna sólo para tomarse una «media» (medio litro de cerveza) al final de la jornada laboral o para jugar a las cartas.
Pasemos a lo esencial, la comida bávara: asado de cerdo, pata de cerdo, Weisswurst (salchicha blanca) y, por supuesto, knödel, knödel, knödel (bolas de patata cocida). A esto añadimos una «medida» de cerveza y una buena porción de comodidad. Esta idea de la cocina bávara la tiene casi todo el mundo que ha crecido fuera del Estado Libre de Baviera; ya sea en Kassel o Kuala Lumpur, Potsdam o Portland.
Cuando la piel está crujiente, la carne tierna y la salsa bien aderezada, el asado de cerdo es una delicia de la que uno no puede olvidarse fácilmente incluso mucho después de visitar Múnich.
Y hay que reconocer que no están equivocados. Asado de cerdo, a menudo servido con una salsa de cerveza negra, y knödel con chucrut de acompañamiento; este plato se puede encontrar en casi todas las tabernas de la ciudad. Cuando la piel está crujiente, la carne tierna y la salsa bien aderezada, el asado de cerdo es una delicia de la que uno no puede olvidarse fácilmente incluso mucho después de visitar Múnich. Y esto se puede entender tranquilamente de manera literal, porque la cocina bávara no se anda con tonterías en cuanto a las calorías.
También cumplen el cliché de la comodidad: las maderas oscuras, los bancos de esquina, las antiguas bóvedas y los manteles rústicos crean una atmósfera de lo más acogedora. ¡Sin miedo! Otra cosa típica de las tabernas muniquesas es compartir la mesa con extraños. A pesar de que los locales son muy grandes, a menudo el espacio es reducido. Si el personal no te lleva a la mesa, puedes preguntar tú mismo por sitios libres.
La cerveza juega un papel importante, para muchos el más importante. Esto se nota en que muchas tabernas pertenecen a una de las grandes fábricas de cerveza de Múnich o, por lo menos, están vinculadas a estas por medio de contratos de arrendamiento. Por eso se suele reconocer en el nombre de la taberna la marca de cerveza que sirven.
Otra cosa típica de las tabernas muniquesas es compartir la mesa con extraños.
La fábrica de cerveza Augustiner, por ejemplo, está presente en las siguientes tabernas de la parte antigua: la Augustiner en el Dom, la Augustiner en la Platzl y la Augustiner Klosterwirt. La Stammhaus Zum Augustiner en la Neuhauserstrasse 27, en la zona peatonal, acoge la fábrica desde 1885. Actualmente, el local mantiene el estilo de los años 20 sin cambios y así se disfruta un ambiente de taberna típica de gran ciudad. En el Alten Hackerhaus, que encontramos en la Sendlinger Strasse, y en la taberna Der Pschorr, situada en el famoso mercado Viktualienmarkt, se escancia cerveza de la marca Hacker-Pschorr. En esta se enorgullecen especialmente por servir carne de vacuno de la raza Murnau-Werdenfelser, una de las más antiguas y autóctonas de Baviera.
Seguimos con Paulaner, otra de las fábricas de cerveza bávara más internacional, que dirige el Paulaner im Tal en el centro de la ciudad. Por cierto, la cerveza de la casa se elabora in situ en Paulaner am Nockherberg, donde todo gira en torno al arte de la elaboración e incluso hay dos impresionantes calderas de cobre en el pub, completamente renovado. La fábrica de cerveza Spaten le dio su nombre a la Spatenhaus an der Oper de la plaza Max-Joseph-Platz, donde los asistentes gustan de tomar algo antes o después de la función.
Y por supuesto, también está la Hofbräuhaus en la Platzl, que es la taberna más famosa del mundo. El edificio del centro de la ciudad fue durante mucho tiempo la sede de la fábrica de cerveza Hofbräu. la fábrica se mantiene desde el año 1607 en su ubicación actual y es un símbolo de la cultura de la cerveza muniquesa para los viajeros y los locales.
Allí, donde hace más de cien años todavía se encontraban las instalaciones de la fábrica, hoy, cerca de 1000 comensales pueden beber cerveza y disfrutar de una comida típica.
El centro de la casa tradicional de tres pisos es el llamado «Schwemme» en la planta baja. Allí, donde hace más de cien años todavía se encontraban las instalaciones de la fábrica, hoy, cerca de 1000 comensales pueden beber cerveza y disfrutar de una comida típica. Aunque la Hofbräuhaus está para muchos en la lista de los diez lugares de interés de la capital bávara, no sería correcto decir que esa taberna sólo es para turistas, al contrario: la mitad de los clientes diarios son habituales que valoran las tradiciones.
Estas tabernas suelen tener su propia terraza, en la que puede uno sentarse cómodamente los días de buen tiempo, a la sombra de los castaños. Estas son, por ejemplo, el Löwenbräukeller, en la Stiglmaierplatz, el Augustiner-Keller, en la Arnulfstrasse, cerca de la Hauptbahnhof (estación central), o el Hofbräukeller en la Wiener Platz situado en el barrio Haidhausen. Encontrará más cervecerías al aire libre en nuestro artículo.
En Múnich es tradición llevarse el bocadillo a la terraza de la taberna, o todo lo que quiera uno comer para acompañar la cerveza.
En Múnich es tradición llevarse el bocadillo a la terraza de la taberna, o todo lo que quiera uno comer para acompañar la cerveza. Las bebidas se cogen en las grandes barras de autoservicio. Quien no haya traído su propia comida, puede pedir especialidades bávaras como la obatzda (una crema de queso a base de camembert y cebollas) y brezen (pan en forma de lazo), grillhendl (pollo asado) o leberkäse (embutido típico baviera) con ensalada de patata.
Tarde o temprano apetece probar una Weisswurst (salchicha blanca) que se ofrece en casi todas las tabernas. Este icono de la cocina local se acompaña tradicionalmente con mostaza dulce, brezen y cervezade trigo. ¡Pero cuidado! Los autodenominados expertos en salchicha blanca avisan de que las salchichas “no deben escuchar las campanas de las doce”, o sea sólo se toman como segundo desayuno.
La Hofbräuhaus ofrece salchichas de su propia carnicería: todas las mañanas, a las cuatro, empiezan a trabajar.
Aunque es cierto que muchos nativos cuidan esa tradición y comen las salchichas blancas solo por la mañana, hace mucho que no es obligatorio para nadie. Esta máxima viene de un tiempo en el cual era difícil refrigerar los alimentos. Era necesario comerse esta salchicha de tripa de ternera rápidamente nada más hacerla. En cuanto a su producción y los condimentos utilizados, cada carnicero en Múnich tiene su propia receta que guarda a menudo celosamente. La Hofbräuhaus ofrece salchichas de su propia carnicería: todas las mañanas, a las cuatro, empiezan a trabajar.
Un jaleo como este «antes de las doce campanas» se hace en Múnich en torno a la técnica de comérsela correctamente: o bien hay que coger la salchicha blanca con la mano y comérsela mientras se le va quitando la piel (en nuestros tiempos, algo extraño de ver), o con toda educación con cuchillo y tenedor. Nadie se pone de acuerdo. No hay un verdadero o falso. Lo importante es únicamente que las salchichas estén bien calientes en el momento de servirlas, por eso suelen presentarse en una tarrina nadando en agua caliente.
O bien hay que coger la salchicha blanca con la mano y comérsela mientras se le va quitando la piel (en nuestros tiempos, algo extraño de ver), o con toda educación con cuchillo y tenedor.
Por supuesto, los bares muniqueses tienen más que ofrecer que solo salchichas blancas, asado de cerdo y demás. En la fábrica de cerveza Schneider im Tal , tienen platos poco habituales en el menú. La cocina valora la tradición y se ha propuesto no dejar que la cocina muniquesa de kronfleisch (casquería) caiga en el olvido. El kronfleisch, o dicho de otro modo, el zwerchfell puede ser de vaca, de ternera o de cerdo, cuenta como casquería y se sirve con cebollino y kren (crema de rábano picante). La fábrica de cerveza Schneider ofrece así mismo hígado, riñones, estómago o pulmón (saure Lunge -pulmón escabechado-).
Hoy en día, la fábrica Schneider sirve no menos de nueve especialidades de cerveza de trigo, desde sin alcohol hasta festbier (es una cerveza especial para alguna festividad).
Además, este lugar es una especie de Eldorado para los amantes de la cerveza de trigo, algo intrínseco a la historia de la casa: muchos visitantes y nativos aún deberían conocer el lugar por su antiguo nombre, Weißes Bräuhaus. Sin embargo, desde hace poco la tradicional taberna se llama oficialmente como Weißbierbrauerei Schneider, cuya cerveza se sirve allí desde el 1872.
Desde que por aquel entonces la fábrica tuvo que abandonar la producción de cerveza de trigo por falta de demanda y por falta de espacio, el entonces maestro fabricante, Georg Schneider, fundó una fábrica sólo para la cerveza de trigo en la vecina Maderbräustrasse, la Weiße Brauhaus . El maestro estaba seguro de que la antigua manera de fabricar esta especial cerveza tenía futuro y tenía razón: hoy en día, la fábrica Schneider sirve no menos de nueve especialidades de cerveza de trigo, desde sin alcohol hasta festbier (es una cerveza especial para alguna festividad).
El Donisl, situado directamente en la Marienplatz, es también uno de los bares tradicionales de Múnich: este restaurante del centro de la ciudad existe desde hace más de 300 años. Inicialmente conocido como «Bierwirtschaft am Markt», recibió el nombre de Donisl en 1760 en honor al arrendatario de la época, Dionysius Haertl.
La cocina tradicional bávara no está pensada para los vegetarianos, como suele ser la costumbre moderna. Pero esto no significa que el menú de los locales tradicionales no ofrezca apetitosos platos sin carne. Los clásicos que siempre aparecen como vegetarianos son los semmelknödel (bolas de pan cocidas) con rahmschwammerl (champiñones a la crema) y kässpatzn (tipo de pasta típica) que bien pueden ser una delicia si están bien preparados.
Muchos jefes de cocina tienen interesantes variaciones de ensaladas que no necesitan carne en absoluto. A quien le guste el dulce, está en el lugar adecuado: los típicos postres alpinos como el kaiserschmarrn (crep grueso trozeado), el apfelkücherl (tarta de manzana), el germknödel (bola de masa rellena de mermelada) o los dampfnudeln (tipo de pasta dulce) se encuentran a menudo en el menú, aun cuando pueden hacer las veces de plato principal, servidos en grandes porciones en un día normal. Los modernos bares de Múnich, a menudo regentados por jóvenes propietarias, suelen ofrecer una amplia selección de platos vegetarianos y veganos.