La sala de conciertos Isarphilharmonie se inauguró en octubre de 2021. Aquí actuará la Orquesta Filarmónica de Múnich, con Valery Gergiev como director titular, hasta que regrese al renovado centro cultural Gasteig. Sin embargo, ya cuesta imaginar el paisaje musical de Múnich sin la sala Isarphilharmonie con su excelente acústica y su ambiente íntimo.
La sala de conciertos Isarphilharmonie se encuentra en medio de una pequeña zona comercial del barrio residencial de Sendling en Múnich y forma parte del Gasteig HP8 (Hans-Preißinger-Straße 8). Aquí, todas las instituciones del centro cultural Gasteig en Haidhausen, incluida su orquesta filarmónica, han encontrado un refugio temporal cerca del río Isar. Además de la Orquesta Filarmónica de Múnich, el público podrá disfrutar de conciertos con orquestas y músicos de fama internacional en este espacio poco convencional.
La sala Isarphilharmonie es un edificio emergente con un exterior de acero y un interior compuesto por elementos prefabricados de madera maciza. El patio de butacas, las gradas y los balcones del primer y segundo piso pueden albergar hasta 1900 personas sentadas. La sala de conciertos establece una atractiva conexión arquitectónica con el histórico edificio contiguo.
El diseño de la sala de conciertos casi cuadrada también es discreto y funcional: las paredes y los asientos presentan un color gris oscuro y únicamente destaca el suelo de madera clara del escenario. Así, toda la atención se centra en las actuaciones.
Los arquitectos Gerkan, Marg y Partner diseñaron la sala Isarphilharmonie, mientras que Yasuhisa Toyota y su oficina Nagata Acoustics se encargaron de la acústica. Los expertos en sonido aportaron su experiencia obtenida en proyectos como la sala Elbphilharmonie, la Philharmonie de París y el Walt Disney Concert Hall de Los Ángeles.
La monumental sala E del edificio contiguo actúa como vestíbulo de la filarmónica provisional. El edificio industrial, una nave de transformadores de los años 20, conservó su encanto industrial de forma deliberada. Durante las pausas del concierto, se puede disfrutar de una copa de cava y admirar la grúa de carga que todavía cuelga bajo el histórico techo de cristal.