A pocos kilómetros al norte de Múnich se encuentra una de las construcciones barrocas más hermosas de Alemania.
El magnífico conjunto de palacios actual comenzó siendo una construcción muy humilde: todo empezó con Guillermo V, duque de Baviera entre 1579 y 1597. El monarca de los Wittelsbach se endeudó en exceso durante su reinado y acabó abdicando en favor de su hijo mayor Maximiliano I.
Hacia 1598 mandó construir una sencilla casa solariega en Schleißheim, por aquel entonces en una apartada zona pantanosa. En ella quiso pasar sus últimos (aunque largos) años como lugar de reflexión y oración. Su hijo, más ambicioso que el padre, mandó derribarla en 1617 hasta los muros del sótano, construyendo en su lugar el actual Altes Schloss Schleißheim (Antiguo Palacio de Schleißheim).
Durante la Segunda Guerra Mundial, el edificio renacentista sufrió graves daños a causa de los bombardeos aéreos. Hasta 1970 no comenzó su reconstrucción. En la actualidad, el Altes Schloss alberga dos colecciones del Bayrisches Nationalmuseum (Museo Nacional de Baviera): La colección ecuménica de Gertrud Weinhold "Das Gottesjahr und seine Feste" (El Año de Dios y sus Fiestas) y una exposición sobre la historia regional de Prusia Oriental y Occidental.
En el umbral del siglo XVIII, el nieto de Maximiliano, el príncipe elector Max Emanuel, tenía ambiciosos planes para el imperio. Para que su residencia estuviera a la altura de su posición, mandó construir en 1701 el Neues Schloss (Palacio Nuevo), que constituye el espléndido centro barroco del conjunto palaciego. Sin embargo, la Guerra de Sucesión española frustró sus ambiciones. Tras la derrota, fue exiliado y las obras de Schleißheim se paralizaron. A su regreso a Baviera, Max Emanuel reanudó los trabajos de construcción, viéndose obligado a renunciar al ostentoso concepto original que contemplaba cuatro alas.
Cuando falleció en 1726, sólo se había terminado el edificio principal. En la actualidad se puede visitar una pinacoteca barroca de las Colecciones Estatales de Pintura de Baviera.
Para su boda con María Antonia, hija del emperador, Max Emanuel, amante del esplendor, mandó construir en 1685 el Schloss Lustheim (palacio), de estilo barroco tardío, en el parque del palacio. Las salas del palacio albergan hoy una magnífica colección de porcelana de Meissen de la época de esplendor de la manufactura en el siglo XVIII.
Recomendación: Un paseo por los jardines del palacio de Schleißheim te harán sentirte como un rey: se trata de uno de los jardines barrocos más importantes de Europa y su diseño ha permanecido prácticamente inalterado hasta nuestros días.
El proyecto "Bayern 3D – Heimat Digital" te ofrece además la oportunidad de descubrir digitalmente importantes bienes culturales, como el Palacio de Schleißheim.
www.schloesser-schleissheim.de
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