Munich se caracteriza por tener mujeres extraordinarias. Presentamos a algunos de ellos. Esta vez: Bettina Gundler. El director del centro de tráfico del Museo Alemán nos llevó a un paseo por la ciudad - en el tranvía 19, desde Berg am Laim a Pasing. En ninguna otra ruta se ve tanto de Munich. Una conversación sobre la movilidad a través de los años.
16:42 horas de un viernes por la tarde en hora punta. La línea 19 del tranvía pasa puntual por la estación de ferrocarriles Berg am Laim en dirección a München-Pasing. Mientras que el sol es abrasador en el exterior, dentro el aire es fresco y se percibe un agradable olor metálico. Los viajeros que durante el día trabajan en los edificios de oficinas del este de Múnich, comienzan el trayecto de vuelta a casa, mientras mantienen la mirada fija en sus móviles. No obstante, a los que prefieran mirar por la ventana en el número 19, les espera un interesante viaje, ya que este pasa por los puntos más importantes de la ciudad, por los monumentos más grandes, como el Maximilianeum o el hotel Bayerischen Hof, por calles con nombres divertidos como Am Knie, hasta llegar finalmente a la estación final Pasing conociendo mejor Múnich. Más aún si viajan con Bettina Gundler, directora del centro de transportes del Deutschen Museum.
Recorrer la ciudad como historiadora especializada en transportes, implica pensar cada dos por tres: "¡me encanta ese coche! ¡lo necesito para el Museo!"
Yo también me enfado cuando el tren se retrasa (ríe). Pero, como es natural, me gusta la movilidad por deformación profesional: me encanta probar nuevos medios de transporte y, cuando viajo, me fijo en cómo otras ciudades organizan el transporte. ¡Me divierte! Me resulta agradable estar en movimiento.
Entonces, ¿qué opina del vehículo en el que estamos sentados?
Un moderno tranvía de suelo bajo con un magnífico y agradable acceso profundo. Está claro que queremos reflejar este tipo de innovaciones en la colección. Pero, no olvide que los trenes ya tienen en sus espaldas entre 30 y 40 años de servicio cuando caen en nuestras manos. Tenemos que esperar un poco para lograr esta joya (ríe).
En muchas series de televisión sobre Múnich el tranvía tiene un papel destacado. ¿Se puede hablar de una cultura de movilidad propia de Múnich?
Múnich cuenta con un sistema de transportes muy versátil, ya que dispone de cercanías, metros, tranvías, autobuses, coches y bicicletas. Así lo demuestran también las cifras: el 22 por ciento de los trayectos se hacen en transporte público, el 17 por ciento en bicicleta y el 30 por ciento en coche. En otras ciudades, el coche tiene una posición más dominante.
¿Cómo se mueve usted por Múnich?
Antes cogía mucho el coche, cuando mis hijos eran pequeños y tenía que llevarlos a todas partes. En la actualidad, voy mucho andando o utilizo el transporte público. Si tengo prisa, cojo el metro. Pero, en caso contrario, me gusta ir en bus y conocer mejor la ciudad. Con el coche me estresaba mucho, mientras que cuando me siento en el tranvía o el bus, miro por la ventana y pienso en lo que me espera en mi destino; me ayuda a relajar la mente.
17:03 horas. El 19 se desliza casi sin hacer ruido por la Max-Weber-Platz en Haidhausen. Uno de los numerosos centros de distrito que se extiende por Múnich, como si de una fina malla se tratase. Panadería, carnicería ecológica, tiendas de bebidas y revistas. En la calle de abajo se encuentra el Biergarten (cervecería al aire libre) de la Wiener Platz, uno de los más hermosos de la ciudad. Dan ganas de bajarse y de pedirse algo. Pero el tranvía ya sigue su camino bajando en dirección al Isar. Los coches y los ciclistas sufren los baches de los adoquines, mientras que el tranvía se desliza elegantemente por los carriles, pasa otra curva por el Bayerischer Landtag (parlamento bávaro) y, de pronto, a pesar del aire acondicionado, comienza a sentirse el aire fresco y ligeramente húmedo de Isarauen. Y empezamos a bajar la montaña. Las ruedas metálicas comienzan a chirriar. ¿Iremos más rápido? ¿Habrá más luz? Y entonces el tranvía atraviesa el río. El tiempo se detiene. Se escucha el agua. Luz dorada por todos lados. En lugar de estar sobre un puente de piedra gris, da la sensación de haber coronado una cumbre de los Alpes, desde la que se disfruta de vistas infinitas. El tranvía dobla por la Maximilianstrasse con sus innumerables tiendas, y ya estamos de vuelta en Múnich.
Viajamos en la última generación de tranvías. ¿Cómo ha cambiado la movilidad en Múnich en este tiempo?
Como es natural, el desarrollo de las ciudades y la tecnología de transportes están estrechamente ligadas. En 1840 se construyó en Múnich el primer trayecto de ferrocarril. Surgió un barrio completamente nuevo alrededor de la estación de ferrocarriles. A partir de 1876 se crearon las primeras pistas para caballería y, a partir de 1900, el tranvía eléctrico. Al principio, se trataba de un vehículo para los ricos que iban de excursión a la ciudad
Al mirar por la ventana, los coches se aglomeran en la Maximiliansstrasse. Todavía no hemos hablado de los automóviles.
Durante muchos años, los automóviles pasaban casi desapercibidos. En los años treinta, había en Múnich 50 000 automóviles y 250 000 bicicletas. Durante la época de los nazis y posteriormente en la posguerra, se le dio preferencia a los automóviles al planificar la ciudad y en el día a día del transporte. Toda la ciudad debía comunicarse con una red de autovías, con graves consecuencias para las edificaciones antiguas. Parte de los planes se llevaron a cabo.
Como la circunvalación Altstadtring, entre Odeonsplatz, Karlsplatz y Sendlinger Tor (puerta de la ciudad).
Correcto. Pero los muniqueses no estaban dispuestos a todo. Cuando se pretendía construir una autovía de seis carriles a lo largo del mercado Viktualienmarkt, los ciudadanos protestaron con éxito. Los habitantes de Múnich han demostrado tener más confianza en sí mismos que nadie. Son los ciudadanos los que dan forma a las ciudades, con los caminos que deciden tomar y las decisiones políticas que toleran. O no.
Los neoyorquinos llaman a Times Square el "centro del universo", porque por allí pasan muchos metros y Broadway. En Múnich, el lugar comparable sería la Karlsplatz, también conocida como Stachus. "En los años sesenta, era la plaza mejor comunicada de Europa", explica Gundler. El 19 pasa por Stachus, un verdadero caos: coches, autobuses, taxis, tranvías, bicicletas, pasajeros de cercanías y metro, peatones, patinadores, usuarios de segways. No hay mejor reflejo del funcionamiento de una democracia que un cruce concurrido. Cada uno sigue su camino pero, si todos tenemos en cuenta a los demás, llegaremos a nuestro destino sin accidentes.
Prohibición de los vehículos diésel o construcción de un segundo Stammstrecke (túnel): ¿por qué son siempre tan viscerales los debates políticos sobre el transporte?
Los coches son más que simples objetos de calidad técnica, son parte de nuestra cultura. Por ejemplo, el coche siempre ha reflejado el estilo de vida, además de ser un símbolo de estatus. En la actualidad, hay gente para la que el símbolo de estatus es no usar el coche. No obstante, me gustaría que este debate fuera más rápido y racional.
En lo que todos los muniqueses están de acuerdo es en el tranvía. ¿Qué opina? ¿Por qué tiene más aceptación el tranvía, con sus carriles chirriantes?
Se debe a diferentes motivos en cada ciudad. En Múnich el tranvía ha sido muy aceptado desde el principio. Y desde los setenta ha vivido su Renacimiento. Seguro que tiene mucho que ver con la modernización de los vagones que se llevó a cabo en los noventa. Las viejas cajas de chapa quedaban muy bien en las fotos pero, ¿quién quiere viajar en ellas en una tarde calurosa de verano?
Si echamos un vistazo a la calle, no ha cambiado mucho desde los años veinte, ¿no? Hay bicicletas, coches, tranvías y trenes. ¿Dónde están las mochilas propulsoras?
Los medios de transporte cuentan con estructuras duraderas. Una vez que se instalan los carriles, no tiene sentido crear una técnica nueva cinco años después. ¿Por qué hay que estar continuamente reinventando la rueda?
¿Qué automóviles o aviones podremos ver en el Deutschen Museum en cien años?
No creo que los aerotaxis vayan a cambiar el transporte urbano en el futuro próximo. Incluso teniendo actualmente un Google Auto en la colección, que se mueve de forma autónoma, creo que debemos esperar para que la ciencia ficción se haga realidad. Pero no pasa nada. Creo que el cambio en la movilidad del que tanto se habla es menos visible: está en las numerosas aplicaciones, en los proveedores de sharing y en las nuevas exigencias y deseos de las personas. En la actualidad, tenemos múltiples posibilidades. Solo tenemos que elegir un camino y un vehículo. El movimiento comienza en la cabeza.
17:31 horas. El 19 llega a la estación final München-Pasing. Se abren las puertas con un silbido y aumenta el nivel de ruido. La gente deambula por el histórico edificio de la estación hacia las vías, llama por teléfono, grita, ríe, escucha música alta... Casi entran ganas de volver al 19 en dirección este y dirigirse de nuevo a la ciudad bañada por el sol. En ocasiones, el camino es el verdadero destino.
Cuestionario: ¿Cuál es la canción más pegadiza de Múnich, señora Gundler?