¿Hay que planear con mucha antelación una visita a la ópera? ¿Sólo se puede entrar con el atuendo más elegante? ¿Y es imposible sin haber estudiado música? ¡Todo lo contrario! Las mejores recomendaciones para principiantes y espontáneos.
La ópera es alta cultura, pero el público muniqués se lo toma con calma. Las malas lenguas aseguran que en la capital del estado se puede ir a la ópera con la misma ropa que a la Oktoberfest. Esto viene porque algunas mujeres van a la ópera alguna vez con el traje folclórico negro de gala. Por lo menos no hay una norma estricta. Mientras que los más mayores acuden a la ópera en traje y un largo vestido de noche, otros llevan una blusa y una camisa informal. Incluso se ha visto gente con vaqueros, lo cual se ignora con bávara impasibilidad.
En lo referente a la mejor relación entre la vista y la acústica, los asientos del balcón son los mejores: fila 1, asientos 1, 2 y 3. También son muy buenos los otros asientos en la primera fila del balcón. Por lo demás es igual que en el cine: los mejores asientos son los del medio, aunque el patio es mejor que los laterales de la platea, del palco y de la galería. Desde allí se pueden leer la traducción encima del escenario. Es mejor más hacia delante que más hacia atrás, porque así se puede seguir más fácilmente la acción sobre el escenario.
La taquilla de la entrada abre una hora antes del comienzo de la función. Quien no quiera echar mano de los restos, es mejor que se dé una vuelta por los aledaños. Suele haber vendedores por allí cerca. Por cierto, no son vendedores ilegales. La venta de entradas delante del edifico es totalmente legal. Por ejemplo, empleados de hotel ofrecen entradas que no han aprovechado los clientes. Estas entradas suelen ser a veces incluso más baratas de lo normal, porque los hoteles quieren quitárselas de encima. también en el foro de la Staatsoper (Ópera Estatal) se venden entradas. Merece la pena echar un vistazo en internet.
Las plazas de pie se encuentran en los palcos 2 y 3 y las plazas de oyente están en la galería, justo encima. Como indica el nombre, las plazas de oyente son sólo para escuchar lo que ocurre en el escenario. Éstas se pueden conseguir por pocos euros. Pero algunas funciones tienen una duración de hasta cinco horas. Por eso para una plaza de pie se recomienda llevar zapatos cómodos y sin tacón. Quien deposite una fianza de 50 euros o su DNI en el guardarropa, puede tomar prestado unos anteojos de ópera con lo que se mejora la vista considerablemente.
Pues hay algunas: por ejemplo, “la Flauta mágica” de Mozart, todo un clásico, o “Carmen“, aunque para esta función se recomienda un asiento desde el que se puedan ver los subtítulos, por la traducción. En Navidad hay una ópera con la obra “Hansel y Gretel“, de Humperdincks, que también es adecuada para niños. Quien se encuentre en la ciudad durante la temporada de ópera, debe acudir sin falta. Es ideal para principiantes precisamente por la gran variedad de funciones que ofrece. En "Ópera para todos" se puede disfrutar de una emisión de ópera gratuita y al aire libre frente al Teatro Nacional (Nationaltheater) en un ambiente de picnic. Si busca algo inusual, debería visitar el Festspiel-Werkstatt durante el verano: teatro de música moderna y contemporánea, que tiene lugar en lugares alejados de Munich.
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