El rey Luis II construyó su castillo de cuento Neuschwanstein como lugar de retiro de la vida pública. Solo siete semanas después de su muerte en el año 1886 fue abierto al público.
En la actualidad vienen anualmente a Algovia alrededor de 1,4 millones de personas de todo el mundo para conocer el suntuoso mundo de fantasía del tímido monarca. Luis II, un gran admirador de la mitología musical de Richard Wagner, hizo construir Neuschwanstein con un estilo como de castillo feudal. Con él quiso crear un lugar de residencia que fuera a la vez un escenario teatral con murales fabulosos en el que vivir su idea romántica de la Edad Media. Pero la apariencia antigua del castillo es solo una ilusión: el rey quería disfrutar de la tecnología más moderna como demuestran un sistema de calefacción central por aire caliente, un ascensor, un dispositivo electrónico para llamar al servicio y un sistema automático de lavado de los aseos. Además había disponible agua corriente en todos los pisos. En los pisos superiores tercero y cuarto había incluso conexiones telefónicas. El castillo no pudo terminarse con Luis II en vida. Por eso, el piso superior del porche le sirvió durante varios años como vivienda. Puede visitar el castillo de Neuschwanstein desde Múnich sin complicaciones en un tour organizado, o por su cuenta en coche por la A96 y la B17 o en tren y autobús a un precio económico con el Bayern-Ticket. |
Tren desde Múnich: aproximadamente 2 horas hasta Füssen, y después en autobús hasta el castillo de Neuschwanstein. Información en bahn.de
Coche: aprox. 2 horas por la autopista A96 o la A95
Consejo: Se pueden hacer bonitas fotos desde el puente Marienbrücke, que está a unos 15 minutos a pie del castillo de Neuschwanstein y pasa por el desfiladero de Pöllat.