El rey Luis II de Baviera, también llamado el rey de cuento de hadas, era conocido por su excentricidad. Vivía y trabajaba de noche, y dormía durante el día. Sus ensueños lo llevaron a la construcción de castillos elaborados y equipos innovadores, todos ellos visionarios y a la vanguardia de la tecnología. Presentamos cinco de ellos:
A Luis II le gustaba deslizarse de noche en trineos por los bosques y los campos que rodeaban sus castillos. El más espléndido de sus compañeros es el trineo de gala con querubines de 1872. Se adapta a cualquier terreno, y puede equiparse con cuchillas y ruedas.
Los querubines, figuras de niños ángeles desnudos, son las figuras del trineo y tienen insignias de poder: espada, cetro, corona de laurel y corona en la parte superior. La corona y las dos lámparas laterales se iluminaban, y eso causó sensación en la época de Luis.
Desde 1879, la luz no se produce con velas, sino con bombillas. El trineo es considerado el primer vehículo con iluminación eléctrica en Baviera, si no en el mundo. La fuente de energía era una batería de ácido cromosulfúrico en la caja del asiento.
¿Dónde se puede ver el trineo?
En el museo Marstall del palacio de Nymphenburg
A Luis le gustaba la buena comida, y algunos dicen que fue glotón. Debido a que tenía muy malos dientes, el rey prefería la carne muy cocida y las sopas, comía tortugas y ostras. Por supuesto, la rutina diaria normal tampoco se aplicaba a las comidas de Luis.
A veces incluso almorzaba a las seis de la mañana, y prefería no tener gente alrededor durante la comida; si era posible, tampoco había sirvientes.
Por lo tanto, los palacios de Linderhof y Herrenchiemsee tenían mesas de comedor retráctiles. Por medio de un dispositivo mecánico de levantamiento, desaparecían en el suelo, bajaban a otro piso donde se ponía la mesa y volvía a subir hasta el rey, para que este pudiera empezar a comer.
¿Dónde se puede esta mesa llamada " Tischlein deck dich “ (Mesita prepárate)?
En los palacios de Linderhof y Herrenchiemsee
También los reyes tienen que desaparecer por un momento. En Neuschwanstein, Luis II pasó su defecación en un trono, así era como se veía su inodoro. Tenía un enjuague automático, lo que era un avance increíble en una época en la que el resto de la población todavía se sentaba en cuclillas sobre la letrina de pozo.
Luis podía lavarse las manos con agua corriente tibia, lo que también era inusual. Lo único que no podía hacer en el baño era llamar por teléfono, para eso tenía que ir a otra habitación del palacio.
La conexión alcanzaba solamente hasta la ciudad vecina Hohenschwangau. Pero el que pudiera hablar a través de un aparato con otras personas que no se encontraban cerca, le tenía que haber parecido como magia al súbdito sencillo.
¿Dónde se puede ver el retrete?
En el palacio de Neuschwanstein
Cuando hacía frío en otoño e invierno, Luis II no tenía que pasar frío. Algunos de sus palacios estaban equipados con una calefacción calorífera, un tipo de calefacción central, la cual era única y moderna en esa época. Funcionaba de la siguiente manera: en una habitación central había una estufa, de la que salían las tuberías, a través de la cual se extraía el humo caliente.
Las tuberías calentaban el aire de la sala de calefacción y este aire se conducía a través de cañerías hacia las salas que se iban a calentar. En la sala de calefacción también había depósitos de agua cilíndricos, lo que aseguraba que el aire caliente no se secara demasiado. Así que Luis no tuvo que sufrir de tos por el calor.
¿Dónde se puede ver la calefacción?
En los palacios de Neuschwanstein y Herrenchiemsee
Luis II tampoco pasaba frío en su gruta artificial de Venus, junto al palacio de Linderhof ya que en las estalactitas había estufas de azulejos incrustadas. También el agua del lago en la gruta podía ser calentada a una temperatura agradable, para que el monarca pudiera bañarse relajado. También era capaz de controlar el ambiente de iluminación en el que esto sucedía.
Wagneriano, rojo brillante o azul como en la gruta de Capri. Muchas cosas eran posibles. El sistema de iluminación de la acogedora cueva de Luis era fenomenal. Especialmente su suministro de energía. Para ello, los ingenieros encargados por Luis instalaron 24 generadores, cada uno de los cuales suministraba energía para una de las lámparas de la gruta. Así se construyó la primera planta eléctrica en Baviera.
¿Dónde se puede ver la gruta?
Al lado del palacio de Linderhof