En la actualidad, Lehel es una de las zonas residenciales más populares y caras de Múnich. Sin embargo, esto no siempre fue así: en su día solía ser un barrio para los jornaleros y sus familias, a quienes no se les permitía establecerse dentro de las murallas de la ciudad.
Ya en 1724, Lehel se incorporó como el primero de los suburbios de Múnich. No obstante, este área entre el río Isar, el casco antiguo y el Englischer Garten (parque) fue durante mucho tiempo un barrio en el que vivían principalmente los más pobres. Los oficios manuales desempeñaron un papel importante en la vida económica: aquí encontraron sustento molineros, lavanderos, obreros de la constricción, panaderos y carniceros.
El Isar, que por aquel entonces todavía no estaba encauzado, fue una maldición y una bendición al mismo tiempo. Por un lado, el área quedaba inundada y devastada a menudo, pero, por otro, la ubicación justo a la orilla del río hacía que los terrenos fluviales de Lehel fueran de los más grandes de Europa. Los pasajeros podían viajar desde Múnich a Passau, Freising o incluso Viena. Por su parte, los muniqueses compraban madera, muebles, cerveza o alimentos que llegaban a la ciudad en las balsas provenientes de las zonas altas.
Hacia finales del siglo XIX, la burguesía construyó edificios residenciales y casas de alquiler de lujo en Lehel. En consecuencia, las familias humildes que vivían en casas pequeñas tuvieron que ir alejándose cada vez más.
Lehel nunca fue un barrio bohemio como Schwabing. Sin embargo, fue el hogar de escritores como Rainer Maria Rilke (Widenmayerstrasse 32), Ludwig Ganghofer (Steinsdorfstrasse 10) o Frank Wedekind (Prinzregentenstrasse 50). Wolfgang Koeppen escribió algunas de sus novelas en Widenmayerstrasse 45. Lion Feuchtwanger estudió el bachillerato en el tradicional instituto Wilhelmsgymnasium en Thierschstrasse, al que también asistieron otros muniqueses famosos, como Carl Spitzweg, Ludwig Thoma, Ödön von Horvath y Klaus y Golo Mann. El cómico Karl Valentin vivió en Lehel durante casi treinta años, desde 1909 en Kanalstrasse y más tarde en Mariannenplatz.
El río hacía que los terrenos fluviales de Lehel fueran de los más grandes de Europa. Los pasajeros podían viajar desde Múnich a Passau, Freising o incluso Viena.
Hoy en día, los edificios antiguos se han renovado y Lehel es uno de los barrios más hermosos de Múnich. Si quieres vivir tras una de las características fachadas de estuco de los períodos wilhelminiano y modernista, debes estar dispuesto a pagar grandes cantidades. Estar tan cerca del casco antiguo y en medio de la vida de la ciudad tiene su precio.
No obstante, Lehel no es en absoluto un lugar de moda en lo que se refiere a vida noctura. Si te gusta trasnochar, los barrios de Glockenbach y Gärtnerplatzviertel (barrios) son tu mejor opción. Eso sí, siempre hay una excepción que confirma la regla: en Lehel está P1, uno de los clubes más legendarios de Alemania, lugar de reunión de futbolistas profesionales, personajes ricos y famosos y aquellos a los que les gustaría serlo.
Lo que abundan son iglesias, edificios, monumentos y museos que merece la pena ver. Al borde del Jardín Inglés se encuentran la Haus der Kunst, un destacado centro internacional de arte contemporáneo, y la Colección Estatal Arqueológica, el museo central del Estado de Baviera para la prehistoria y la historia antigua. Dos magníficos bulevares atraviesan Lehel: la Maximilianstrasse es uno de ellos. La parte occidental, que en realidad aún pertenece al casco antiguo, destaca por sus boutiques exclusivas y es mundialmente conocida como “El Dorado” para los amantes de las compras de lujo.
Sin embargo, Maximilianstrasse no solo son tiendas de lujo, sino que también es especial en términos arquitectónicos. Se construyó a partir de 1853, por encargo del rey Maximilian II al arquitecto Georg Friedrich Bürklein. El monarca quería llevar a cabo sus planes de desarrollo urbano hacia el este; y al mismo tiempo, establecer un nuevo estilo arquitectónico. Hoy en día, la mezcla de diferentes elementos de la historia de la arquitectura, fuertemente influenciada por las fachada neogóticas inglesas e italianas, se conoce como el “estilo maximiliano”. Algunos ejemplos particularmente impresionantes son el Hotel Vier Jahreszeiten, el Museum Fünf Kontinente (antiguo Museo Etnográfico) y la sede del gobierno de la Alta Baviera.
Más al este, en medio de una isleta de tráfico en dirección a Isar, se erige un monumento de bronce de Maximilian II: el Maxmonument de Caspar von Zumbusch muestra al rey con el traje de coronación, sosteniendo los documentos de la Constitución y una espada. Las cuatro figuras sentadas en la parte inferior del monumento son una alegoría a las cuatro virtudes del soberano: amor por la paz, justicia, fuerza y sabiduría.
Por Lehel también pasa otro bulevar de Múnich, el Prinzregentenstrasse, que va a través del río Isar hasta el distrito Bogenhausen. Aquí se encuentran algunos de los museos más famosos de Múnich, como la Haus der Kunst (Museo del arte), un centro de fama mundial con exposiciones temporales de arte contemporáneo. En 2014, la Haus der Kunst abrió también la “Archiv Galerie“, una sala de exhibición e investigación acerca de la emocionante historia del museo desde 1937 hasta hoy.
Escritores como Rainer Maria Rilke, Ludwig Ganghofer y Frank Wedekind estaban en casa en el Lehel.
Justo al lado, puedes repasar alrededor de 1.500 años de la historia del arte y la cultura bávara en el Bayerischen Nationalmuseum (Museo Nacional Bávaro). Sin duda, merece la pena visitar la colección de escenas del nacimiento, una de las más valiosas y extensas del mundo.
Si continúas en dirección a Isar, llegarás a la galería Sammlung Schack, una filial de las pinacotecas. La colección del Conde von Schack es una verdadera joya entre los museos de Múnich que incluye obras maestras del siglo XIX de pintores como Moritz von Schwind, Carl Spitzweg o Franz von Lenbach.
Cualquier persona interesada en el mundo de las montañas debería hacer una parada en la isla Prater del río Isar para visitar el Alpinen Museum (museo alpino), donde el Deutsche Alpenverein (club alpino alemán) lleva más de 100 años informando acerca de la historia del alpinismo.
Entre las iglesias importantes del barrio destaca la Lukaskirche (iglesia), cuya impresionante cúpula a llama la atención a orillas del Isar, entre los puentes Ludwigsbrücke y Maximiliansbrücke. La Lukaskirche se terminó en 1896 y es la única iglesia protestante del historicismo que se conserva casi por completo en Múnich.
La pequeña iglesia del convento de Santa Ana, construida entre 1727 y 1733 en St.-Anna-Platz, es una joya rococó. Los artistas más prestigiosos del país participaron en su espléndido diseño: Cosmas Damian Asam pintó los frescos del techo y el retablo. Su hermano Egid Quirin fue el responsable del estuco, las esculturas y las figuras del altar. El púlpito y el tabernáculo corrieron a cargo de Johann Baptist Straub. En 1944, un bombardeo destruyó hasta los muros exteriores de la iglesia. La fachada y el interior estuvieron en reconstrucción hasta 1979.
Si deseas relajarte un poco después de hacer turismo, te recomendamos que te quedes en St.-Anna-Platz, un pequeño oasis en medio de Lehel donde puedes evadirte del ajetreo y el bullicio de la ciudad. Además, todos los jueves de 10:30 a 18:00 también podrás comprar alimentos de la región en el mercado de agricultores.
Por supuesto, otro lugar estupendo para un descanso es Englischer Garten, que también forma parte de Lehel. Tanto los muniqueses como los visitants suelen venir aquí para tomar el sol, pasear, jugar a la pelota o hacer picnics. Un lugar de reunión muy popular en los días soleados es el biergarten en la Chinesischen Turm. Sin duda, vale la pena ver la ola del Eisbach en Prinzregentenstrasse, una ola estacionaria que surcan surfistas de todo el mundo.
Por cierto: en Múnich aún se discute si se pronuncia “Lehel” o “Lechel”. En la vida cotidiana se escuchan ambas variantes. Lo que es casi seguro es que el nombre viene de la palabra “Lohe”, que describe a un pequeño bosque ribereño que solía ser típico de las llanuras de grava de Múnich.