La belleza se siente en Múnich como en casa. Tanto lugareños como huéspedes experimentan esta sensación en todos los rincones de la ciudad, pero especialmente al pasear por los cuatro bulevares Maximilianstrasse y Prinzregentenstrasse, así como Brienner y Ludwigstrasse. Y tampoco debería faltar el «Leo».
La Maximilianstrasse es el bulevar más lujoso y caro de Múnich. Además de la Prinzregentenstrasse, Ludwigstrasse y Brienner Strasse, la Maximilianstrasse, situada en el casco antiguo, uno de los cuatro principales bulevares de Múnich en cuanto a su arquitectura.
La avenida Maximilianstrasse comienza en la Residenz y transcurre directa hacia el río Isar. El Hotel Vier Jahreszeiten y el Teatro de Cámara de Múnich Münchner Kammerspiele le dan un toque elegante y artístico. El gobierno de la Alta Baviera, el Museo de los Cinco Continentes, situado justo enfrente, y la Praterinsel señalan el camino hacia la coronación del final de la Maximilianstrasse, el magnífico edificio Maximilianeum en el distrito de Haidhausen, la sede del Parlamento del Estado de Baviera.
Este espléndido bulevar fue construido en el siglo XIX. El rey Maximiliano II hizo construir la calle por su arquitecto Georg Friedrich Bürklein en el genuino estilo Maximiliano. Combina elementos de diferentes épocas estilísticas como el neogótico y el renacentista.
Casi todas las marcas internacionales de lujo en la industria de la moda y la joyería tienen aquí una tienda con grandes escaparates: casas de moda como Armani, Louis Vuitton y Gucci, joyerías como Bulgari y también reconocidas galerías de arte. Aquí puede pasear de lo más tranquilo, disfrutar del ambiente de la calle y maravillarse con los preciosos trabajos que se exponen en los escaparates decorados de manera artística. Una media de 3.000 transeúntes pasan cada hora por los escaparates. Si el paseo se le hace demasiado largo, puede tomar cómodamente el tranvía 19 y disfrutar espontáneamente de un recorrido por la ciudad.
Un poco más al norte corre paralela a la Maximilianstrasse, la calle Prinzregentenstrasse, un monumento arquitectónico protegido y una visita obligada para los amantes del arte. Fue construida a finales del siglo XIX en nombre del príncipe regente Luitpold. A diferencia de la Ludwigstrasse y Maximilianstrasse, Prinzregentenstrasse nunca fue contemplada como un centro administrativo. La idea era que fuera una noble calle burguesa desde el principio. Es por ello que no empieza con un símbolo como la magnífica logia de Feldherrnhalle que se encuentra en Ludwigstrasse. No, la Prinzregentenstrasse comienza de manera informal con un parque y termina con la misma informalidad, en la autopista A94.
Comienza en el Prinz-Carl-Palais en el distrito de Lehel, la intersección entre el Englischer Garten y el Hofgarten. La Prinzregentenstrasse pasa por Eisbachwelle hasta Friedensengel y luego hasta Prinzregententheater y Prinzregentenplatz. Aquí también se evitaron grandes estructuras. Gabriel von Seidl incluso planeó el Museo Nacional de Baviera de tal manera que varias unidades pequeñas crearan un efecto de plaza. Durante la época nazi, Hitler hizo erigir edificios enormes, como la Haus der Kunst, lo que supuso la demolición de varias casas adosadas y la perdida de parte de la ligereza de la Prinzregentenstrasse.
Estas instalaciones albergan una gran cantidad de consulados y museos conocidos. La Haus der Kunst es un centro líder en el mundo con exposiciones cambiantes de arte contemporáneo. En el vecino Museo Nacional de Baviera, se representan 1.500 años de historia bávara con exposiciones y colecciones. Durante la época de Adviento se recomienda realizar sobre todo una visita a la colección de belenes, que es una de las más valiosas y extensas artísticamente del mundo.
Más adelante en dirección al Isar se llega a la Colección Schack, una rama de las pinacotecas con pinturas del siglo XIX. La casa y estudio de Franz von Stuck, la Villa Stuck en su estilo modernista, se encuentra al otro lado del río Isar en Bogenhausen. Ofrece regularmente exposiciones de arte que datan del 1900 aproximadamente, así como arte moderno y contemporáneo. Un pequeño consejo: el bús MVG «Museums» de la línea 100 recorre Prinzregentenstrasse y es ideal para descubrir museos y lugares de interés. La línea 19 de tranvía también es adecuada para realizar visitas turísticas.
En las proximidades de la Odeonsplatz comienza la Brienner Straße, que pasa por Wittelsbacher Platz, Karolinenplatz y Königsplatz hacia el oeste y desemboca en Stiglmaierplatz. En su momento fue el camino real de los Wittelsbach, a través del cual los regentes bávaros iban llevados en carruajes tirados por caballos desde el Palacio de Nymphenburg a la Residenz. En la actualidad la calle Nymphenburgerstrasse es la extensión directa de la calle Briennerstrasse.
La calle toma su nombre de la batalla de Brienne que se libró bajo el mandato de Napoleón en 1814. Entre 1805 y 1820, el rey Maximiliano I de Baviera ordenó construir un suburbio al norte, que también fue bautizado con el nombre del monarca: Maxvorstadt. Conocidos arquitectos y urbanistas como Leo von Klenze, Friedrich Ludwig von Sckell y Carl von Fischer ampliaron el antiguo Königsweg en un bulevar con imponentes edificios.
En 1812 se construyó el edificio palaciego Luitpold, en el que se inauguró el mundialmente famoso Café Luitpold en 1888, una joya arquitectónica y una de las cafeterías más grandes de Europa. Artistas reconocidos de diferentes campos, como Frank Wedekind, Stefan George y Erich Mühsam, se han reunido en sus más de 15 salas y salones, incluida la primera sala de billar con 16 mesas. Se dice que Wassily Kandinsky y Paul Klee fundaron aquí el grupo artístico Blauer Reiter en 1911.
La Segunda Guerra Mundial puso fin de manera abrupta a la glamurosa vida en la Brienner Strasse. Parte del Café Luitpold fue bombardeado. Después de la guerra, tanto los lugareños como los invitados dejaron de sentir tanta atracción por este céntrico rincón. No fue hasta la década de los 60 cuando la vida volvió a envolver el bulevar. El Café Luitpold volvió a abrir sus puertas, aunque de una forma mucho más simplista en forma de jardín de palmeras. Durante un tiempo Chanel, Cartier y demás le dieron un toque de glamour a la calle, hasta que las boutiques de lujo decidieron mudarse a la Maximilianstrasse.
No obstante, un gran número de tiendas y galerías nuevas también han decidido venirse aquí. Incluso se pueden encontrar marcas de lujo como Missoni en el bloque Luitpold. Cualquiera que busque calidad, buena artesanía, regalos especiales y productos sostenibles los encontrará aquí.
En la calle que lleva su nombre, la Ludwigstrasse, se puede apreciar lo mucho que amaba el rey Luis I Múnich e Italia: este bulevar cuenta con espléndidos edificios que siguen el modelo de las casas y puertas de Florencia y Roma. Fue la primera calle con un estilo totalmente arqueado y la primera en pavimentarse en Múnich.
Pero la espléndida Ludwigstrasse en Maxvorstadt estuvo a punto de caer en saco roto. Si bien el consejo municipal de Múnich, lo que correspondía más o menos al ayuntamiento de la época, decidió en 1808 expandir la ciudad hacia el norte. Pero cuando el rey Luis I, en ese momento todavía príncipe heredero, se hizo cargo del gobierno, el proyecto se hizo más grande y más esplendoroso de lo planeado. El rey quería un bulevar, de un kilómetro de largo, que se extendiera desde Odeonsplatz en el sur hasta el actual Siegestor en el norte. El consejo municipal, sin embargo, pensó que la avenida era demasiado larga y que Múnich no crecería tanto en 100 años. No fue hasta que Ludwig I amenazó con trasladar su Residenz a Ingolstadt o Regensburg, cuando el consejo municipal cedió y aprobó los planos.
El rey tenía grandes planes. Los pilares de su reino debían ser visibles en la Ludwigstrasse: la ciencia y las artes, el cristianismo católico romano y el gobierno real. En 1816 encargó a Leo von Klenze el diseño general de la calle. En 1827 von Klenze entregó el proyecto a Friedrich von Gärtner. Ambos arquitectos crearon imponentes edificios: von Klenze especialmente en el sur de la calle en estilo neorrenacentista mientras que von Gärtner en la sección norte con elementos neorrománticos. Von Klenze y von Gärtner crearon una obra de arte a gran escala.
El rey Luis I fue quien trajo a estos dos arquitectos a la ciudad de Múnich. A lo largo de sus vidas fueron eternos oponentes a la hora de embellecer y reinventar la ciudad en el mismo proceso: una suerte para Múnich. Las ideas de von Klenzes y von Gärtner siguen dando forma al paisaje urbano en la actualidad.
En la Ludwigstrasse, Friedrich von Gärtner construyó edificios conocidos a lo largo del bulevar, como el famoso Feldherrnhalle y cuya arquitectura se basa en el modelo de la Loggia dei Lanzi en Florencia. La Biblioteca Estatal de Baviera, conocida como «Stabi» por los lugareños, alberga diez millones de libros, revistas, material impreso, una de las colecciones de manuscritos más importantes del mundo y un ejemplar de las aproximadamente 180 Biblias de Gutenberg que aún existen.
Unos metros más adelante se encuentran las dos torres imponentes de la Ludwigskirche con su colorido techo de mosaicos. El edificio principal de la Ludwig-Maximilians-Universität se encuentra a la altura de Professor-Huber-Platz y Geschwister-Scholl-Platz que destacan por sus fuentes. Con más de 50.000 estudiantes, esta universidad de élite es la segunda universidad más grande de Alemania.
Donde termina Ludwigstrasse, comienza Leopoldstrasse: la transición en Siegestor es tan fluida que incluso los lugareños confunden ambas calles entre sí. A pesar de que la Leopoldstrasse ya no se incluya entre los bulevares arquitectónicos de Múnich sigue siendo, sin duda, bonita y legendaria. Fue nombrada en 1891 después de la incorporación del distrito de Schwabing en honor al Príncipe Leopoldo de Baviera, hijo del posterior Príncipe Regente Luitpold de Baviera.
La avenida con árboles altos y aceras anchas tiene casi cuatro kilómetros de largo y atraviesa los distritos de Maxvorstadt, Schwabing y Milbertshofen. Numerosos cafés y restaurantes se alinean en el camino, así como la Academia de Bellas Artes, el Parque Leopold, así como el edificio de color rosa «Schweinchenbau» y la mensa (cantina para universitarios) pertenecientes a la Universidad Ludwig Maximilians y en donde siempre se organiza un mercadillo de libros y arte.
Los edificios más destacados se concentran sobre todo en el sur de la Leopoldstrasse como, por ejemplo, la villa de Lola Montez, una amante de Luis I, y un palacio de estilo clasicista-modernista y en cuyas instalaciones se encuentra la sede de la aseguradora Bayerische Rückversicherung. Salta a la vista la gran escultura de 17 metros de altura The Walking Man del artista estadounidense Jonathan Borofsky, que simboliza el dinamismo y la voluntad de abrir nuevos caminos.
Más al norte, y levantada sobre 18 pilares, se encuentra la construcción de acero en un verdiblanco neón que decora artísticamente la parada Münchner Freiheit. Este lugar alberga los jueves un mercado semanal y durante el mes de diciembre uno de los mercados navideños más hermosos y que destaca por estar decorado con globos de colores brillantes. Alrededor de Feilitzschstraße hay un popular distrito de pubs al este de «Freiheit».
Cada año se llevan a cabo importantes eventos en Leopoldstrasse, como el Maratón de Múnich, el Corso Leopold y el Desfile del Día de San Patricio. En caso de que el Bayern de Múnich gane la liga alemana o si después de una Eurocopa o un Mundial de fútbol hay algo que celebrar, este es el punto, en el «Leo», en el que se reúne toda la ciudad.