Baile tango entre los Propileos en Königsplatz, dese un paseo en Vespa para admirar los edificios italianos en Ludwigstrasse o medite frente al templo tailandés del Wetspark. ¡En estos lugares de Múnich puede explorar el mundo entero!
Si sueña con viajar a Asia, puede empezar dándose un paseo por el Westpark, donde podrá admirar un templo tailandés, una pagoda nepalí, un jardín chino y otro japonés. ¿Cómo llegó el Lejano Oriente al oeste de Múnich? La respuesta es fácil: todo esto, al igual que el parque, se creó con motivo de la Exposición Internacional de Horticultura de 1983. En su momento, este templo tailandés fue el primer santuario budista en Europa. Merece la pena visitarlo especialmente en verano, cuando se celebran los rituales budistas de la luna llena y la luna nueva.
Sin duda, el lugar más salvaje de Múnich. En Hellabrunn (zoológico) viven un total de 18 500 animales pertenecientes a 740 especies distintas. Cuando se inauguró en 1911 fue el primer zoológico geográfico del mundo. Desde entonces y hasta hoy, se presta mucha atención para garantizar que los animales vivan de la forma más apropiada posible para su especie. Un paseo por el zoológico, que puede llevar un día entero, le permitirá descubrir África, Europa, Asia, Australia y América. Además de la casa de los monos y un gran acuario, también hay una cueva de murciélagos en la que estos animales pueden volar libremente. Lo mejor de todo: el zoológico también comparte su ambiente salvaje incluso con los que solo quieren bañarse en el Isar, ya que no es raro escuchar el rugido de un león durante una barbacoa en Flaucher (ribera fluvial).
¿Quiere saber por qué se dice que Múnich es "la ciudad más septentrional de Italia"? ¡Dese un paseo por el casco antiguo en un día soleado! Leo von Klenze diseño la Max-Joseph-Platz (plaza) basándose en la famosa Plaza del Capitolio de Roma, la Theatinerkirche (iglesia) fue la primera iglesia de estilo barroco tardío al norte de los Alpes y la arquitectura del Feldherrnhalle (logia) está inspirada en una logia de Florencia. Los amantes de Italia deberían conducir una Vespa por la mediterránea Ludwigstrasse, detenerse en uno de los cafés de la calle o disfrutar de helado bajo la sombra de los muros de la Residenz. Aquí no solo tendrá unas vistas estupendas de Max-Joseph-Platz, sino también sol hasta el atardecer.
Sin duda, el Schloss Nymphenburg (palacio) es el más impresionante de Múnich. El complejo cubre un área enorme, perfecta para largas caminatas en cualquier dirección, que incluye un parque de 200 hectáreas, cuatro castillos y el Schlossrondell (círculo de mansiones barrocas). Los puntos más destacados son el Parkschlösschen Badenburg (castillo), con un impresionante estanque, el Pagodenburg (pabellón), de inspiración asiática, y el Jagdschlösschen Amalienburg (pabellón). Las vistas desde el parque recuerdan un poco al emblemático Palacio de Versalles, aunque Nymphenburg es 632 metros más largo.
Haidhausen (barrio) es el barrio más parisino de Múnich. De hecho, se ha ganado el sobrenombre de "Barrio Francés", ya que alrededor de la Ostbahnhof hay varias calles y plazas con nombres franceses, como la popular Bordeauxplatz (plaza). Haidhausen huele y sabe a París: en la Crêperie Bernard & Bernard podrá deleitarse con auténticos crepes franceses, en la panadería Claude & Julien hacen un "pain au chocolat" delicioso y, por la noche, puede disfrutar de la afamada gastronomía francesa en restaurantes como Le Faubourg, Rue des Halles o Maison Massard.
Si el invierno de Múnich le resulta demasiado frío, puede entrar en calor en los invernaderos del Botanischer Garten (jardín botánico), donde las temperaturas siempre son tropicales. Por lo general, entre diciembre y marzo se lleva a cabo una exhibición especial de mariposas exóticas, con más de 400 especies diferentes que vuelan libremente por las instalaciones. No obstante, el jardín botánico de Múnich, uno de los más grandes de Alemania, es sorprende durante todo el año. Aquí crecen alrededor de 19 600 especies en húmedas áreas tropicales, frescos bosques de montaña y cálidos desiertos.
Múnich debe su apodo de "la Atenas a orillas del Isar" al Rey Luis I, que no solo era un gran admirador de la antigua Grecia, sino también es responsable de muchos de sus edificios clasicistas. El diseño corrió a cargo de Leo von Klenze, el arquitecto de la corte, que completó Königsplatz con la Glyptohek y los Propyläen, inspirados en el pórtico occidental de la Acrópolis de Atenas. La arquitectura y la ligera bajada del terreno aseguran que, en la actualidad, esta plaza aún se vea como un complejo de templos. Con la Bavaria Leo von Klenze también trajo un trozo de Grecia a Múnich: el modelo para esta estatua situada en Theresienwiese (plaza) fue el monumento a la diosa Athena de la antigua Atenas.
La imponente entrada del Ägyptischen Museum (Museo Egipcio), que se inauguró en 2013, es como una pirámide contemporánea. En su interior, pese a su construcción moderna, también hay muchos elementos que recuerdan a las salas de los templos y las tumbas reales. El museo, que ocupa el mismo edificio que la Hochschule für Fernsehen und Film (Escuela Superior de Televisión y Cine), está completamente bajo tierra y se dedica exclusivamente a exhibiciones del antiguo Egipto, algo que no es habitual en ningún lugar del mundo. Al admirar las espléndidas obras de arte encargadas por los faraones en este entorno especial sentirá que viaja en el tiempo hasta el antiguo Egipto.
Múnich no tiene solo una, ¡sino tres olas fluviales! No obstante, la más conocida es la ola del Eisbach (río) en el Englischer Garten. Los aficionados a este deporte acuático la surcan día y noche, e incluso a veces vienen profesionales de todo el mundo. Por supuesto, a los muniqueses y a los turistas le encanta admirar este espectáculo. Por si esto fuera poco, el espíritu de las vacaciones no acaba aquí: a menudo se pueden ver surfistas aún empapados sentados en el tranvía o andando en bicicleta. En cualquier otra ciudad sería raro ver al mismo tiempo una tabla de surf y unos esquís en el transporte público, ¡pero aquí es bastante habitual!
La Japanisches Teehaus, (casa de té japonesa) en pleno Englischer Garten, se construyó para familiarizar a los europeos con el arte de la ceremonia del té con motivo de los Juegos Olímpicos de 1972. Para quien no la conoce, ver este extraordinario edificio en medio de una pequeña isla en el Eisbach siempre es sorprendente. Generalmente, entre abril y octubre se celebran ceremonias de té japonesas. Además, el tercer domingo de julio se celebra siempre el Festival de Japón justo detrás.
El Café Luitpold, en Brienner Strasse, es uno de los establecimientos más emblemáticos de Múnich. Ya en la década de 1880 destacaba por ser una de las pocas cafeterías de la ciudad. Por aquel entonces contaba con más de 20 salones y espacios sociales, incluida una sala de billar. Si le interesa su historia, puede visitar el pequeño museo que hay en el local. Además, tampoco debería perderse el brunch dominical amenizado por una banda en directo. También le recomendamos pasarse por la tarde y disfrutar de alguna de las delicias de su pastelería. Sin duda, lo más acorde con el ambiente vienés es la tarta Sacher.