¡Se acabó la oscuridad! La primavera trae finalmente luz, energía y un sinfín de colores a la ciudad. Hemos recopilado once propuestas para disfrutar de Múnich en esta época del año.
Y de repente ya está aquí: la primera luz despierta los sentidos y llena la ciudad de magia. Los pájaros trinan, sales en camiseta y te tomas un respiro a mediodía en una cafetería, y tu heladería de siempre está lista para ofrecerte el primer helado de la temporada. La primavera en Múnich tiene ese poder de fascinar una y otra vez. Hemos seleccionado once planes para vivirlo de forma especial:
El primer helado del año es algo realmente especial, porque parece poner fin al invierno, ¡incluso cuando aún hay nieve fuera! En cuanto las heladerías abren, los muniqueses no tardan en hacer cola para disfrutar de su primer helado. En parte, porque en la ciudad más al norte de Italia se adora comer helado; y en parte, porque con cada bola de helado, el verano se acerca un poquito más. Con tantas buenas heladerías en Múnich, a veces es complicado decidir cuál visitar: en nuestra guía de heladerías encontrarás la opción ideal para todos los gustos, ya sea vegana, innovadora o clásica italiana.
Pasear es algo que uno puede hacer en cualquier época del año. En primavera, sin embargo, es especialmente agradable porque todo vuelve a ponerse en marcha. Después de meses de frío, oscuridad y caminar por la nieve, por fin llega el momento: quítate la chaqueta, ponte las gafas de sol y sal a disfrutar de la vida. La naturaleza despierta de su letargo invernal y con ella, también los muniqueses. Si eso aún no es suficiente, puedes elegir una ruta con tentempié que te lleve a uno de los mejores cafés de la ciudad o unas buenas patatas fritas para llevar, como en el Café Blá junto al Isar o en el Gans am Wasser en el Westpark (parque).
En cuanto el sol brilla, el agua reluciente nos atrae como un imán. Pero todavía faltan unas semanas hasta que haga calor suficiente para poder darnos un buen chapuzón. Si quieres seguir disfrutando de las olas, solo tienes que meterte al agua. Puedes recorrer el Isar en canoa o desafiar las olas en una tabla de surf en la Floßlände, y si eres experimentado, en la Eisbachwelle (ola continua del Eisbach). Si lo tuyo es salir de la ciudad, lo mejor es coger un SUP y recorrer los lagos cercanos, como el Starnberger See, el Ammersee o el Tegernsee, que están muy cerca.
Con la llegada de la primavera, cada año surgen las mismas preguntas, como por ejemplo: ¿en qué sitios hay más horas de sol en estos momentos? Nuestra autora recorrió diez kilómetros a pie por Múnich, encontrando los mejores rincones soleados, desde el primer café de la mañana hasta el último drink al atardecer, desde la Max-Joseph-Platz hasta la Haus der Kunst. ¡Con los lugares más soleados de la ciudad, Maxvorstadt y Haidhausen!
Una de las ventajas de Múnich: siempre puedes practicar deporte al aire libre en cualquier época del año. Por muy divertido que sea patinar sobre hielo o practicar esquí de fondo, el deporte al aire libre no se disfruta de verdad hasta que suben las temperaturas. Si buscas el lugar perfecto para ello: en las Isarauen, cerca del puente Brudermühlbrücke, tienes un gran parque de fitness al aire libre, en el Perlacher Forst un amplio circuito para hacer ejercicio y, por supuesto, puedes ir en bici a donde quieras. Las rutas en bici más chulas, desde el Englischer Garten (Jardín Ingles) hasta la próxima obra de arte callejero.
La primavera trae consigo, por un lado, los rayos del sol y el tan ansiado calor, pero también, por otro, la naturaleza que, por fin, despierta: las magnolias y los cerezos se pueden admirar, por ejemplo, en la Preysingstraße en Haidhausen, en la Georgenstraße en Schwabing, en el Rosengarten de Untergiesing y en el Westpark. En todas las estaciones, los espacios públicos de Múnich, como el Gärtnerplatz, el Bordeauxplatz o el Weißenburger Platz, brillan por su espléndida vegetación.
En Múnich hay más de mil puentes y pasarelas que no solo conectan barrios, sino también las dos orillas del Isar, cada una de las cuales está convencida de ser la más atractiva. Para entender Múnich, hay que explorar sus puentes. Ahí está el popular puente Reichenbach, que conecta el animado barrio de Glockenbach con el tranquillo barrio de Au. La Hackerbrücke, donde las grandes celebraciones y las amistades inesperadas se dan cita, especialmente durante el Oktoberfest. O la Eisbachbrücke, el lugar perfecto para contemplar la escena surfera de Múnich en cualquier momento, ya sea de día o de noche, durante todo el año.
En los últimos años, recolectar hierbas silvestres se ha puesto de moda. Tal vez esté detrás de esto el deseo de poder autoabastecerse en caso de emergencia. Pero lo más probable es que sea la desconexión con la naturaleza lo que despierta en los urbanitas el deseo de conocer lo que crece a su alrededor. Durante una excursión por el Isar para conocer hierbas silvestres, nuestra autora recolectó y redescubrió frutas como las cerezas, las fresas de bosque y las avellanas, y probó nuevos sabores como la frambuesa de raspa y el gundermann.
La primavera es la época ideal para hacer excursiones por los alrededores de Múnich: Ya no hace tanto frío como para encontrarse con un montón de gente practicando deportes de invierno, pero tampoco hace tanto calor como para que las montañas se llenen de gente. De esta forma, el buen tiempo ofrece una tranquilidad diferente: se puede pasear tranquilamente por los lagos de los alrededores o visitar las montañas cercanas a Múnich casi en solitario. Para aprovechar la primavera, te sugerimos explorar los castillos más espectaculares de Baviera o disfrutar de una caminata al caer la tarde, ¡porque por fin los días son cada vez más largos y nos brindan cada día unos minutos más de sol!
En Múnich, el arte no siempre está en un museo; solo tienes que abrir bien los ojos durante tu paseo, porque muchas obras se esconden a plena vista en la ciudad. Así es como se descubre la "Escalera infinita" de Ólafur Elíasson en el Westend, tal vez solo a segunda vista, al igual que el hombre en equilibrio del escultor Stephan Balkenhol en la Kaufingerstraße. La ciudad cuenta con decenas de obras de arte en el espacio público, y muchas de ellas son desconocidas incluso para los locales.
Cuando después del largo invierno uno se siente agobiado, no hace falta subirse al primer avión. Incluso en nuestra propia puerta podemos hallar sitios que nos evocan países lejanos. Así, en un viaje por el mundo a través de Múnich, se puede explorar un trozo de Asia en el Westpark, descubrir arquitectura italiana en el casco antiguo, pasear por calles parisinas en Haidhausen o admirar templos griegos en el Königsplatz.